Antes de esta crisis, la Policía Nacional, la Guardia Civil, el Ejército, los Municipales eran oficiales uniformados que nos paraban en las carreteras y vías públicas para hacer ‘algún control inoportuno’ o ir a ‘misiones de guerra’; ahora son héroes transversales, capaces de construir un hospital en IFEMA Madrid en 48 h, trabajando 24/7.
Antes de esta crisis, ‘la adolescente del bajo’ ensayaba sin descanso con un piano ‘modesto y molesto’; ahora nos regala conciertos improvisados desde su habitación pintoresca con las ventanas abiertas de par en par a mi mujer, a mí y al resto del vecindario.
Antes de esta crisis ‘Resistiré’ era una canción ‘demodé’ de aquel Dúo Dinámico de los 80s; ahora es el himno de guerra que se escucha cada tarde a partir de las 20:00 con un coro de aplausos llenos de orgullo desde miles de balcones en urbes y pueblos.
Antes de esta crisis, l@s profesionales del ‘súper’ y tiendas de alimentación atendían a los clientes por su ‘limitado nivel de estudios’; ahora son ilustres magos que nos facilitan esa oportunidad crucial de llenar nuestra nevera y continuar el camino en dirección frontal.
Antes de esta crisis, el personal de conserjería, limpieza, basureros y barrenderos eran invisibles; ahora son imprescindibles.
Antes de esta crisis, los transportistas, camioneros tenían un ‘curro fácil’ porque disponían de una rutina cómoda, sentad@s en sus asientos mullidos; ahora son guerrer@s del asfalto que nos salvan surtiendo servicios de primera necesidad aquí y allá.
Antes de esta crisis, los grandes empresarios lideraban el grupo codicioso de los ‘magnates del mercado’ que progresivamente incrementaban sus fortunas ‘faltos de generosidad’; ahora tienen una identidad altruista con gestos solidarios cuando la ‘moneda salió cruz’ y las bolsas se desploman porque un virus invasor viene a pasar factura.
Antes de esta crisis, la clase política global desde sus Gobiernos parecía liderar con elocuente demagogia, gestos erráticos y omisiones cruciales sin consumar un apoyo auténtico a un pueblo que desde hace tiempo quiere ‘hacer’ más que ‘ser’; ahora es la ciudadanía la que lucha como un sólido ejército unido.
Antes de esta crisis, nos sobraba ‘esto’; ahora echamos en falta ‘aquello’ que supone reunirnos presencialmente con l@s nuestr@s para tomar un café o refresco y charlar de la vida que es, nuevamente, ‘aquello’ que transcurre mientras continuamos haciendo planes.
Antes de esta crisis, se nos reconocía como hombres, mujeres, homosexuales, trans por la voz y/o aspecto físico; ahora según nos apuñala la nostalgia y a veces no reconozcamos nuestra propia voz, transgredimos la frontera del género y vamos transcendiendo a ‘personas’ con voz propia.
Antes de esta crisis, veíamos por las calles y jardines a ‘gente’; ahora día a día damos un paso más y nos convertimos en ‘seres humanos’ de piel dura, luchando como el junco que se dobla flexible… pero no se doblega ante una pandemia de clase C. Llámese Coronavirus, Covid-19…
Cada día, esa voz propia de ser humano apela con firmeza: ¡resistiré!
Antes de esta crisis, ‘la adolescente del bajo’ ensayaba sin descanso con un piano ‘modesto y molesto’; ahora nos regala conciertos improvisados desde su habitación pintoresca con las ventanas abiertas de par en par a mi mujer, a mí y al resto del vecindario.
Antes de esta crisis ‘Resistiré’ era una canción ‘demodé’ de aquel Dúo Dinámico de los 80s; ahora es el himno de guerra que se escucha cada tarde a partir de las 20:00 con un coro de aplausos llenos de orgullo desde miles de balcones en urbes y pueblos.
Antes de esta crisis, l@s profesionales del ‘súper’ y tiendas de alimentación atendían a los clientes por su ‘limitado nivel de estudios’; ahora son ilustres magos que nos facilitan esa oportunidad crucial de llenar nuestra nevera y continuar el camino en dirección frontal.
Antes de esta crisis, el personal de conserjería, limpieza, basureros y barrenderos eran invisibles; ahora son imprescindibles.
Antes de esta crisis, los transportistas, camioneros tenían un ‘curro fácil’ porque disponían de una rutina cómoda, sentad@s en sus asientos mullidos; ahora son guerrer@s del asfalto que nos salvan surtiendo servicios de primera necesidad aquí y allá.
Antes de esta crisis, los grandes empresarios lideraban el grupo codicioso de los ‘magnates del mercado’ que progresivamente incrementaban sus fortunas ‘faltos de generosidad’; ahora tienen una identidad altruista con gestos solidarios cuando la ‘moneda salió cruz’ y las bolsas se desploman porque un virus invasor viene a pasar factura.
Antes de esta crisis, la clase política global desde sus Gobiernos parecía liderar con elocuente demagogia, gestos erráticos y omisiones cruciales sin consumar un apoyo auténtico a un pueblo que desde hace tiempo quiere ‘hacer’ más que ‘ser’; ahora es la ciudadanía la que lucha como un sólido ejército unido.
Antes de esta crisis, nos sobraba ‘esto’; ahora echamos en falta ‘aquello’ que supone reunirnos presencialmente con l@s nuestr@s para tomar un café o refresco y charlar de la vida que es, nuevamente, ‘aquello’ que transcurre mientras continuamos haciendo planes.
Antes de esta crisis, se nos reconocía como hombres, mujeres, homosexuales, trans por la voz y/o aspecto físico; ahora según nos apuñala la nostalgia y a veces no reconozcamos nuestra propia voz, transgredimos la frontera del género y vamos transcendiendo a ‘personas’ con voz propia.
Antes de esta crisis, veíamos por las calles y jardines a ‘gente’; ahora día a día damos un paso más y nos convertimos en ‘seres humanos’ de piel dura, luchando como el junco que se dobla flexible… pero no se doblega ante una pandemia de clase C. Llámese Coronavirus, Covid-19…
Cada día, esa voz propia de ser humano apela con firmeza: ¡resistiré!